Cristo
Rey
Así como el calendario civil
tiene un inicio y final, lo mismo el año litúrgico y la fiesta de Cristo Rey
marca el fin de un año, para que el 1° domingo se Aviento
sea el primero del siguiente año.
Fue el Papa Pío XI quien instauro
la fiesta de Cristo Rey el 11 de diciembre de 1925, motivando a todos los
fieles en el reconocimiento de Cristo como Rey del universo.
Tiempo después se movió esta
fiesta al final del año litúrgico, dando un nuevo sentido, Cristo alfa y omega,
principio y fin de la historia y la creación.
Sin lugar a dudas que todos los
cristianos reconocemos a Cristo como rey, pero en algunos momentos podemos caer
en peligros perdiendo de vista la realeza y lugar de Cristo en nuestras vidas.
“Donde
esta tu tesoro, ahí esta tu corazón” (Mt. 6,19) exteriormente muchos
podemos proclamar a Jesús como Rey, pero hay muchas cosas que nos gobiernan,
controlan, limitan, y lamentablemente son en muchos sentidos los que nuestros
reyes, como el dinero, el placer, el egoísmo, la vanidad, la envidia.
Cuantas personas conocemos que
viven sin hablarse con familiares, por algún problema añejo, y se han alejado, con un silencio que enferma, aquí
el verdadero rey es el rencor.
Cuantas personas no conocemos
que viven en el placer, por el sexo, la bebida, la diversión, haciendo de todo
y todos los que le rodean un objeto de placer, cuando este objeto –persona dejan
de proporcionarlo lo cambiamos. Lo vemos en muchas relaciones afectivas y la
gran cantidad de divorcios, fruto de tener como rey al placer.
Cuantas veces caemos en
adicciones que socialmente son bien vistas, como la adicción al trabajo, todo
en aras de tener, de mejorar el estatus económico, y aunque hay un lado de
bondad en luchar y vivir mejor, para algunas personas puede convertirse en verdaderas
luchas por poseer, por tener, acumular, el rey dinero lo controlando.
Podemos hacer una lista
interminable de reyes a los cuales les servimos y dedicamos honores, sin darnos
cuenta, perdiendo de vista el sentido pleno de nuestro ser.
San Ignacio de Loyola en sus
ejercicios espirituales dice: “la razón del hombre es alabar a Dios y la creación
entera debe ser un medio de alabanza”, dicho mas simple, debemos de
comprometernos con Dios y los que nos rodean y los bienes materiales sean un
medio, al compartirlos, y nos hagan mejores, y será entonces cuando
reconozcamos a Cristo Rey del Universo.
Feliz Año nuevo litúrgico.
Carlos Escorza O
Sapientia et Fidem.
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