sábado, 23 de noviembre de 2013

Cristo Rey



Cristo Rey

Así como el calendario civil tiene un inicio y final, lo mismo el año litúrgico y la fiesta de Cristo Rey marca el fin de un año, para que el 1° domingo se Aviento sea el primero del siguiente año.

Fue el Papa Pío XI quien instauro la fiesta de Cristo Rey el 11 de diciembre de 1925, motivando a todos los fieles en el reconocimiento de Cristo como Rey del universo.

Tiempo después se movió esta fiesta al final del año litúrgico, dando un nuevo sentido, Cristo alfa y omega, principio y fin de la historia y la creación.

Sin lugar a dudas que todos los cristianos reconocemos a Cristo como rey, pero en algunos momentos podemos caer en peligros perdiendo de vista la realeza y lugar de Cristo en nuestras vidas.

“Donde esta tu tesoro, ahí esta tu corazón” (Mt. 6,19) exteriormente muchos podemos proclamar a Jesús como Rey, pero hay muchas cosas que nos gobiernan, controlan, limitan, y lamentablemente son en muchos sentidos los que nuestros reyes, como el dinero, el placer, el egoísmo, la vanidad, la envidia.

Cuantas personas conocemos que viven sin hablarse con familiares, por algún problema añejo, y  se han alejado, con un silencio que enferma, aquí el verdadero rey es el rencor.

Cuantas personas no conocemos que viven en el placer, por el sexo, la bebida, la diversión, haciendo de todo y todos los que le rodean un objeto de placer, cuando este objeto –persona dejan de proporcionarlo lo cambiamos. Lo vemos en muchas relaciones afectivas y la gran cantidad de divorcios, fruto de tener como rey al placer.

Cuantas veces caemos en adicciones que socialmente son bien vistas, como la adicción al trabajo, todo en aras de tener, de mejorar el estatus económico, y aunque hay un lado de bondad en luchar y vivir mejor, para algunas personas puede convertirse en verdaderas luchas por poseer, por tener, acumular, el rey dinero lo controlando.

Podemos hacer una lista interminable de reyes a los cuales les servimos y dedicamos honores, sin darnos cuenta, perdiendo de vista el sentido pleno de nuestro ser.

San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales dice: “la razón del hombre es alabar a Dios y la creación entera debe ser un medio de alabanza”, dicho mas simple, debemos de comprometernos con Dios y los que nos rodean y los bienes materiales sean un medio, al compartirlos, y nos hagan mejores, y será entonces cuando reconozcamos a Cristo Rey del Universo.

Feliz Año nuevo litúrgico.
Carlos Escorza O
Sapientia et Fidem.


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