El Papa
Francisco y el Papa Benedicto XVI repetidas veces hablaron sobre el “Relativismo”
en relación a lo que vive el mundo actual.
Los más grandes
ataques que ha sufrido la humanidad en la época actual es el relativismo, el
diccionario nos dice que: “El relativismo
es el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez
universal, sino sólo una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos
de referencia”.
(Cfr. http://es.wikipedia.org/wiki/Relativismo
- Julio 2013)
Dicho de un modo
más simple, cada quien puede tener su opinión y nada es verdad. Más complicado
aun, cada quien tiene su verdad.
Siendo cardenal publicó
un libro explicando esto el Papa Benedicto XVI y se refería a una parábola
budista (Ratzinger, J., “Fede, verità, tolleranza”, pp. 170 ss). “Un rey del norte de la India reunió un día a
un buen número de ciegos que no sabían qué es un elefante. A unos ciegos les
hicieron tocar la cabeza, y les dijeron: "esto es un elefante". Lo
mismo dijeron a los otros, mientras les hacían tocar la trompa, o las orejas, o
las patas, o los pelos del final de la cola del elefante. Luego el rey preguntó
a los ciegos qué es un elefante, y cada uno dio explicaciones diversas según la
parte del elefante que le habían permitido tocar. Los ciegos comenzaron a
discutir, y la discusión se fue haciendo violenta, hasta terminar en una pelea
a puñetazos entre los ciegos, que constituyó el entretenimiento que el rey
deseaba”.
Jugamos con la
Verdad, con la correspondencia entre lo que se es, con lo que pensamos, hemos
caído en un juego de verdades cuando en realidad solo damos una opinión.
Existen verdades
universales, principios universales, pero para muchos, cuando desconocen el
fundamento fácilmente generan actitudes que se contradicen en si mismas y
comprometen la verdad, por lo tanto abandonan la realidad.
El 15 de mayo de 2013
el Papa Francisco comento en una audiencias publicas en el Vaticano: "Vivimos una época de escepticismo respecto a
la verdad. El papa Benedicto XVI se refirió en numerosas ocasiones al
relativismo, la tendencia a creer que nada es definitivo y que la verdad viene
dada por el consenso y por lo que creemos y por ello en esta época marca por el
relativismo es necesario preguntarnos como Pilato: ¿Que es la Verdad?",
afirmó.
¿Cuál es la
posible razón de este fenómeno sociocultural?
Bajo la
intención de conservar la libertad o manifestarla, se ha caído en una postura
que lejos de generar una actitud de apertura, se ha convertido la “verdad” en
una opinión que no compromete a nadie, y que todos al ejercer este derecho
libremente, la convierten en algo
subjetivo.
Al grado que es
posible que solo se caiga en una interpretación de las cosas, no una real
experiencia de la libertad o de la verdad, podemos alejarnos de los que nos
rodean.
Cuando el Papa
Francisco y Benedicto XVI hablan de la asistencia del Espíritu Santo para vencer
el relativismo, y encontremos la verdad, y comprometernos con ella con los
dones que nos da.
¿Cómo actuar
para que se de esta acción de Dios?
Uno de los
peligros más comunes que se dan dentro de la vida del cristiano es la omisión,
quedarse a la distancia de las realidades, evitar el compromiso con su
realidad, ser solamente un observador, y en un grado más complicado, serlo con
un nivel critico pero sin involucrarse.
Juan Pablo II
decía en la Exhortación Apostólica “Reconciliatio et Paenitentia” el 2 de
diciembre de 1984: “Un modelo de sociedad mutilado o desequilibrado en uno u
otro sentido, como es sostenido a menudo por los medios de comunicación,
favorece no poco la pérdida progresiva del sentido del pecado. En tal situación
el ofuscamiento o debilitamiento del sentido del pecado deriva ya sea del
rechazo de toda referencia a lo trascendente en nombre de la aspiración a la
autonomía personal, ya sea del someterse a modelos éticos impuestos por el
consenso y la costumbre general, aunque estén condenados por la conciencia
individual, ya sea de las dramáticas condiciones socio-económicas que oprimen a
gran parte de la humanidad, creando la tendencia a ver errores y culpas sólo en
el ámbito de lo social; ya sea, finalmente y sobre todo, del oscurecimiento de
la idea de la paternidad de Dios y de su dominio sobre la vida del hombre”.
¿Cómo sucede
esto que Juan Pablo explica? Caemos en una postura individual de evitar el mal,
y pareciera que los radares están prendidos pensando en lo que es pecado,
haciendo una evaluación permanente de lo que es y no es pecado, pero solo en
sentido individual. Lo que tengo y no que evitar para no “cometer pecados”.
Cuando en
realidad lo que se evita es vivir, comprometerse, involucrarse con toda la
realidad humana, con el compromiso social, cultural, histórico y temporal de lo
que vivimos.
El mismo Juan
Pablo II recuerda en la misma Exhortación: “He aquí por qué mi Predecesor Pío XII, con una frase que ha
llegado a ser casi proverbial, pudo declarar en una ocasión que «el pecado del
siglo es la pérdida del sentido del pecado»”
y que el Papa Pío XII pronuncio el 26 de octubre de 1946.
Nada es pecado, nada es verdad, todos viven a su modo la
libertad, generando una actitud de incongruencia, o si lo queremos ver en
sentido contrario, nadie comete pecados, cada quien tiene su verdad, algo que
es completamente falso.
Luchar por la verdad, defenderla, comprometernos con ella,
vivir conforme a ella, ser congruentes ante todas las dimensiones humanas,
incluso las negativas, para aportar al
mundo, respondiendo con lo que somos y hacemos.
Un mal sentido de tolerancia se ha convertido en que todo
es relativo.
Carlos Escorza Ortiz Teólogo
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