jueves, 4 de julio de 2013

El gran enemigo de los hombres y de Dios

El Papa Francisco y el Papa Benedicto XVI repetidas veces hablaron sobre el “Relativismo” en relación a lo que vive el mundo actual.


Los más grandes ataques que ha sufrido la humanidad en la época actual es el relativismo, el diccionario nos dice que: “El relativismo es el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino sólo una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia”.
 (Cfr. http://es.wikipedia.org/wiki/Relativismo - Julio 2013)

Dicho de un modo más simple, cada quien puede tener su opinión y nada es verdad. Más complicado aun, cada quien tiene su verdad.

Siendo cardenal publicó un libro explicando esto el Papa Benedicto XVI y se refería a una parábola budista (Ratzinger, J., “Fede, verità, tolleranza”, pp. 170 ss). “Un rey del norte de la India reunió un día a un buen número de ciegos que no sabían qué es un elefante. A unos ciegos les hicieron tocar la cabeza, y les dijeron: "esto es un elefante". Lo mismo dijeron a los otros, mientras les hacían tocar la trompa, o las orejas, o las patas, o los pelos del final de la cola del elefante. Luego el rey preguntó a los ciegos qué es un elefante, y cada uno dio explicaciones diversas según la parte del elefante que le habían permitido tocar. Los ciegos comenzaron a discutir, y la discusión se fue haciendo violenta, hasta terminar en una pelea a puñetazos entre los ciegos, que constituyó el entretenimiento que el rey deseaba”.

Jugamos con la Verdad, con la correspondencia entre lo que se es, con lo que pensamos, hemos caído en un juego de verdades cuando en realidad solo damos una opinión.

Existen verdades universales, principios universales, pero para muchos, cuando desconocen el fundamento fácilmente generan actitudes que se contradicen en si mismas y comprometen la verdad, por lo tanto abandonan la realidad.

El 15 de  mayo de 2013  el Papa Francisco comento en una audiencias publicas en el Vaticano: "Vivimos una época de escepticismo respecto a la verdad. El papa Benedicto XVI se refirió en numerosas ocasiones al relativismo, la tendencia a creer que nada es definitivo y que la verdad viene dada por el consenso y por lo que creemos y por ello en esta época marca por el relativismo es necesario preguntarnos como Pilato: ¿Que es la Verdad?", afirmó.

¿Cuál es la posible razón de este fenómeno sociocultural?

Bajo la intención de conservar la libertad o manifestarla, se ha caído en una postura que lejos de generar una actitud de apertura, se ha convertido la “verdad” en una opinión que no compromete a nadie, y que todos al ejercer este derecho libremente, la  convierten en algo subjetivo.

Al grado que es posible que solo se caiga en una interpretación de las cosas, no una real experiencia de la libertad o de la verdad, podemos alejarnos de los que nos rodean.

Cuando el Papa Francisco y Benedicto XVI hablan de la asistencia del Espíritu Santo para vencer el relativismo, y encontremos la verdad, y comprometernos con ella con los dones que nos da.

¿Cómo actuar para que se de esta acción de Dios?

Uno de los peligros más comunes que se dan dentro de la vida del cristiano es la omisión, quedarse a la distancia de las realidades, evitar el compromiso con su realidad, ser solamente un observador, y en un grado más complicado, serlo con un nivel critico pero sin involucrarse.

Juan Pablo II decía en la Exhortación Apostólica “Reconciliatio et Paenitentia” el 2 de diciembre de 1984: “Un modelo de sociedad mutilado o desequilibrado en uno u otro sentido, como es sostenido a menudo por los medios de comunicación, favorece no poco la pérdida progresiva del sentido del pecado. En tal situación el ofuscamiento o debilitamiento del sentido del pecado deriva ya sea del rechazo de toda referencia a lo trascendente en nombre de la aspiración a la autonomía personal, ya sea del someterse a modelos éticos impuestos por el consenso y la costumbre general, aunque estén condenados por la conciencia individual, ya sea de las dramáticas condiciones socio-económicas que oprimen a gran parte de la humanidad, creando la tendencia a ver errores y culpas sólo en el ámbito de lo social; ya sea, finalmente y sobre todo, del oscurecimiento de la idea de la paternidad de Dios y de su dominio sobre la vida del hombre”.    

¿Cómo sucede esto que Juan Pablo explica? Caemos en una postura individual de evitar el mal, y pareciera que los radares están prendidos pensando en lo que es pecado, haciendo una evaluación permanente de lo que es y no es pecado, pero solo en sentido individual. Lo que tengo y no que evitar para no “cometer pecados”.

Cuando en realidad lo que se evita es vivir, comprometerse, involucrarse con toda la realidad humana, con el compromiso social, cultural, histórico y temporal de lo que vivimos.

El mismo Juan Pablo II recuerda en la misma Exhortación: “He aquí por qué mi Predecesor Pío XII, con una frase que ha llegado a ser casi proverbial, pudo declarar en una ocasión que «el pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado»” y que el Papa Pío XII pronuncio el 26 de octubre de 1946.

Nada es pecado, nada es verdad, todos viven a su modo la libertad, generando una actitud de incongruencia, o si lo queremos ver en sentido contrario, nadie comete pecados, cada quien tiene su verdad, algo que es completamente falso.

Luchar por la verdad, defenderla, comprometernos con ella, vivir conforme a ella, ser congruentes ante todas las dimensiones humanas, incluso las negativas,  para aportar al mundo, respondiendo con lo que somos y hacemos.

Un mal sentido de tolerancia se ha convertido en que todo es relativo.


Carlos Escorza Ortiz Teólogo 

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