Significado e
historia de la Medalla de San Benito
Explicación del
anverso
En las antiguas medallas aparece, rodeando la figura del
santo, este texto latino en frase entera: Eius in óbitu nostro preséntia
muniámur. "Que a la hora de nuestra muerte, nos proteja tu
presencia". En las medallas actuales, frecuentemente desaparece la frase que
es sustituida por esta: Crux Sancti Patris Benedicti, o todavía, más
simplemente, por la inscripción: Sanctus Benedictus.
Explicación del reverso
• En cada uno
de los cuatro lados de la cruz: C. S. P. B. Crux Sancti Patris Benedicti. Cruz
del Santo Padre Benito
• En el palo
vertical de la cruz: C. S. S. M. L. Crux Sácra Sit Mihi Lux. Que la Santa Cruz
sea mi luz
• En el palo
horizontal de la cruz: N. D. S. M. D. Non Dráco Sit Mihi Dux. Que el demonio no
sea mi jefe
• Empezando
por la parte superior, en el sentido del reloj: V. R. S. Vade Retro Satána.
Aléjate Satanás - N. S. M. V. Non Suáde Mihi Vána. No me
aconsejes cosas vanas - S. M. Q. L. Sunt Mála Quae Libas. Es malo lo que me
ofreces - I. V. B. ípse Venéna Bíbas. Bebe tú mismo tu veneno
En la parte superior, encima de la cruz suele aparecer unas
veces la palabra PAX y en las más antiguas IESUS
Historia de la
medalla
No cabe duda que la medalla de San Benito es una de las más
apreciadas por los fieles. A ella se le atribuyen poder y remedio, ya sea
contra ciertas enfermedades de hombre y animales, ya contra los males que
pueden afectar al espíritu, como las tentaciones del poder del mal. Es
frecuente también colocarla en los cimientos de nuevos edificios como garantía
de seguridad y bienestar de sus habitantes.
El origen de esta medalla se fundamenta en una verdad y
experiencia del todo espiritual que aparece en la vida de san Benito tal como
nos la describe el papa san Gregorio en el Libro II de los Diálogos. El Padre
de los monjes usó con frecuencia del signo de la cruz como signo de salvación,
de verdad, y purificación de los sentidos. San Benito quebró el vaso que
contenía veneno con la sola señal de la cruz hecha sobre él. Cuando los monjes
fueron perturbados por el maligno, el santo mandó que hicieran la señal de la
cruz sobre sus corazones. Una cruz era la firma de los monjes en la carta de su
profesión cuando no sabían escribir. Todo ello no hace más que invitar a sus
discípulos a considerar la santa cruz como señal bienhechora que simboliza la
pasión salvadora del Señor, por la que se venció el poder del mal y de la
muerte.
La medalla tal como hoy la conocemos, se puede remontar al
siglo XII o XIV o quizá a una época anterior y tiene su historia. En el siglo
XVII, en Nattenberg -Baviera-, en un proceso contra unas mujeres acusadas de
brujería, ellas reconocieron que nunca habían podido influir malignamente
contra el monasterio benedictino de Metten porque estaba protegido por una
cruz. Hechas, con curiosidad, investigaciones sobre esa cruz, se encontró que
en las tapias del monasterio se hallaban pintadas varias cruces con unas siglas
misteriosas que no supieron descifrar. Continuando la investigación entre los
códices de la antigua biblioteca del monasterio, se encontró la clave de las
misteriosas siglas en un libro miniado del siglo XIV. En efecto, entre las
figuras aparecía una de san Benito alzando en su mano derecha una cruz que
contenía parte del texto que se encontraba sólo en sus letras iniciales en las
astas cruzadas de las cruces pintadas en las tapias del monasterio de Metten, y
en la izquierda portaba una banderola con la continuación del texto que
completaba todas las siglas hasta aquel momento misteriosas.
Mucho más tarde, ya en el siglo XX, se encontró otro dibujo
en un manuscrito del monasterio de Wolfenbüttel representando a un monje que se
defiende del mal, simbolizado en una mujer con una copa llena de todas las
seducciones del mundo. El monje levanta contra ella una cruz que contienía la
parte final del texto consabido. Es posible que la existencia de tal creencia
religiosa no sea fruto del siglo XIV sino muy anterior.
Benedicto
XIV, en marzo de 1742, aprobó el uso de la medalla que había sido tachada
anteriormente, por algunos, de superstición. Dom Gueranger, liturgista y
fundador de la Concregación Benedictina de Solesmes, comentó que el hecho de
aparecer la figura de san Benito con la santa Cruz, confirma la fuerza que su
signo obtuvo en sus manos. La devoción de los fieles y las muchas gracias
obtenidas por ella es la mejor muestra de su auténtico valor cristiano.
http://www.abadiadesilos.es/medalla.htm